Siempre toco lo mismo
Muchas veces nos encontramos en un punto en el que sentimos que no logramos avanzar en nuestra manera de tocar la guitarra.
Hemos intentado aprender por nuestra cuenta a través de todo tipo de información que encontramos en la web, tomado clases con diferentes profesores, sacado temas o solos de los músicos que nos gustan, etc. Sin embargo prevalece una sensación de estancamiento.
A continuación te detallaré varios puntos a tener en cuenta para superar esta situación, basados en mi experiencia como profesor a lo largo de más de 15 años.
Estas sugerencias no apuntan a una cuestión técnica, cosa que podrás encontrar en otros posts de mi web o en mis ebooks, sino al lugar y a la manera en que nos situamos “junto” a la música, al estudio y a lo que queremos lograr con ellos.
- Ganas: céntrate en aquello que te da ganas de tocar, ya sean ejercicios, temas, solos, etc. Esto es algo muy personal, pero será lo que te motive a sentarte con la guitarra cada día.
- Estudio – música: mantén un equilibrio entre el estudio, la práctica y “hacer música”. No todo es estar “picando piedra” con ejercicios, con esto correrás el riesgo de perder la musicalidad, perdiendo el sentido musical. En cualquier nivel que te encuentres podrás “hacer música”, hay miles de discos que demuestran que es posible ser músico sin ser un erudito, más allá de que te gusten o no, ser artista no siempre es ser un genio. Muchas veces nos cuesta comprender que estamos en condiciones de hacer música con los recursos de que disponemos ahora, más allá del nivel de estudios que hayamos alcanzado. Complicado y artístico no son sinónimos, tampoco antónimos. Baja el nivel de exigencia y disfrutarás más. Siempre se podrá seguir mejorando. Sé músico hoy.
- Objetivos reales: es fundamental plantearnos un objetivo que realmente podamos alcanzar. Esto estará dado por el tiempo que le dediquemos a la guitarra de acuerdo a nuestra disponibilidad, ganas y paciencia. No podremos tocar como Steve Vai si nos dedicamos a la guitarra 2 hs. por semana.
- Regularidad: en función de tu tiempo busca una regularidad en la práctica. Todos los días 15 minutos o 1 hora, etc. Es más útil que 4 horas los fines de semana.
- Nuestros puntos débiles: pueden ser problemas de ritmo, técnica, oído, etc. Habrá que reconocerlos y hacer ejercicios para mejorarlos.
- Práctica: No es bueno cargarse de información sin haber practicado lo suficiente cada punto. Si incorporamos, por ejemplo, una nueva escala, será conveniente controlarla a lo largo de todo el diapasón en diferentes situaciones, antes de aprender otra. De esta manera irás incorporando los nuevos elementos a tu lenguaje.
- Método: busca un método gradual que te permita avanzar paso a paso con un criterio lineal. Hoy en día es fácil perdernos en el mundo de información que encontramos en internet, haciendo saltos entre niveles muy dispares. Para eso es importante tener alguien que te guíe.
- Tocar con alguien: ya sea un grupo o un amigo, la situación de juntarte a tocar con otras personas es un termómetro de donde estás y quien eres musicalmente, no por nuestro virtuosismo, sino más bien por nuestra capacidad de comunicar.
- Tu propio estilo: más allá de quienes sean nuestros músicos de referencia, tendremos que dejar que aflore nuestro propio estilo. Este será el resultado de una gran cantidad de componentes que hemos ido asimilando a lo largo de nuestra vida. Habrá que dejar que afloren en lugar de reprimirlos para tratar de parecernos a otros.
Aprender música es un camino de autoconocimiento, una búsqueda que nos acompañará toda la vida y un espejo de nuestro crecimiento personal.
La delgada línea que separa aquello que podemos cambiar o mejorar de aquello con lo que tenemos que aprender a convivir es lo que definirá nuestro estilo como músicos, entendiendo que cuando tocamos, tocamos lo que somos, y somos lo que nos permitimos ser.
Cuando tocamos la guitarra, sobre todo en grupo, se manifiesta nuestro temor a mostrarnos, nuestras exigencias y tolerancias, la capacidad de comunicarnos (de escuchar e intervenir), la paciencia y la constancia, nuestro ego, la competencia, el lugar que damos a los otros, nuestro lugar en el grupo, etc.
El trabajo con los conceptos armónicos, con las escalas y los acordes, nos enfrenta a un reto aún mayor que consiste en encontrar la libertad conviviendo con las reglas.
Los distintos recursos que vayamos aprendiendo y el trabajo regular con ellos, no son una fórmula para la música, sino una cantidad de herramientas de las que podremos hacer una selección, descartando aquellas con las que no nos sintamos cómodos por diferentes motivos. Claro está que para eso primero tendremos que experimentarlas y conocerlas.
Reconocernos en el qué y el cómo tocamos nos abrirá nuevos caminos hacia nuestro propio estilo.
El concepto que tenemos del estudio, aprendido en los colegios a los que hemos asistido, no es generalmente un camino hacia la libertad que necesitamos para ser creativos. Por eso muchas veces la palabra estudio nos produce cierto rechazo. Tendremos entonces que reorientar esta idea para entender que el aprendizaje nos abre las puertas de la comunicación, permitiéndonos manifestar lo que llevamos dentro.
Siempre toco lo mismo
Hola me gustaria poder aprender nuevas cosas