Parecer músico

Cuando estudiaba en el conservatorio me encontré con muchos alumnos que se copiaban en los exámenes, no se aprendían los temas para los ensayos grupales o dudaban permanentemente a la hora de diferenciar una escala mayor de una menor.Me preguntaba entonces: ¿para qué viene este tipo aquí? No creo que los padres lo obliguen a estudiar música ya que no es una profesión económicamente prometedora y el conservatorio es bastante caro.

Incluso he tenido muchos alumnos que me generaban la misma duda, nunca estudiaban, no querían aprender armonía o lectura y hasta se resistían a saber las digitaciones de la escala mayor.

Con el tiempo fui comprendiendo que la música no está ajena al resto del “mercado”. Lo que para mí es una vocación con verdadero interés por aprender, entender e investigar, para otros es una manera de ser guay, crearse una personalidad, identificarse con marcas o estilos de vida y en definitiva hacerse famoso, que parece ser hoy en día la profesión más rentable.

Así como vemos modelos que se hacen actrices, futbolistas que se hacen modelos o actores que venden perfumes; el mundo de la música no está ajeno a esta necesidad.

Por el contrario, está plagado de símbolos que nos seducen, nos crean referentes y entramos por el aro.

Entonces nos compramos la guitarra de blusero (o rockero o jazzero o lo que sea), la camiseta de blusero, las zapatillas de blusero, etc. etc. y nos aseguramos de pasearnos por ahí con nuestra guitarra y nuestro look convincente; pero de lo que es la música de blues sabemos poco o nada, y lo que es aún peor, nos perdemos en esto ignorando por completo quienes somos nosotros como músicos o si realmente queremos serlo.

Como consecuencia el principal objetivo de un “adorador” será convertirse en ídolo, grabar videoclips con cara de músico despreocupado, incomprendido y rebelde, pero eso sí, que venda mucho. En este punto la música ya ha pasado a un segundo plano y sólo ha quedado un escaparate donde mirar y ser mirado, hay ejemplos de sobra de esto.

Creo que me puse un poco fundamentalista, recapitulemos:

Una vez que hemos pasado por esta etapa, que a todos en mayor o menor medida nos llega en la adolescencia, es el momento de construirnos a nosotros mismos como músicos, tratando de que aflore nuestra propia búsqueda y nuestras raíces.

Si hemos admirado a alguien por su estilo personal y su creatividad, no se tratará entonces de tocar como él, sino de ser personales y creativos, aunque descubramos que lo nuestro son las rancheras, porque siempre será mejor perder siendo uno mismo que ganar tratando de ser otro.

 

1 comentario
  1. schoner_todd Dice:

    amen. creo que somos dos los que pensamos en lo mismo. saludos desde chile donde hay muchos de aquellos que aman la pose

    Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *